21 policías han sido asesinados este año en el departamento del Cauca

Pocos han caído en cuenta, pero este año, los uniformados de la Policía han caído aquí y allá, en medio del conflicto armado del departamento del Cauca.

Por: Redacción de El País PopayánMartes, Septiembre 25, 2012

El lunes, mientras llovía a cántaros, fue sepultado en el cementerio de Mondomo el subintendente Rafael Antonio Alquichides Arboleda. Él, junto al patrullero Jaime Alexis Isaza Gallego, cayó asesinado el pasado fin de semana.

A ambos los emboscaron en la vía que comunica a Corinto con Miranda. De acuerdo con las investigaciones preliminares, el agresor, que se movilizaba en una motocicleta, habría sido un francotirador de las Farc.

Con todo lo que pasa en el Cauca, con la guerra estallando en veredas y esquinas, tal vez pocos hayan caído en cuenta: en lo corrido del año, en ese departamento ya han sido asesinados 21 policías.
Junto a Nariño, Caquetá, Huila y Putumayo, el Cauca se ha convertido en una de las zonas del país donde más uniformados mueren en medio del conflicto.

Aunque el coronel Ricardo Augusto Alarcón, comandante de la Policía en ese departamento, siente que “el alto precio que los policías están pagando en la confrontación, no ha sido valorado a nivel nacional”, afirma que ellos seguirán ahí, haciendo lo mismo, su trabajo, así tengan que seguir arriesgando la vida.
El norte y el sur del Cauca son las zonas donde más policías han muerto. De acuerdo a la relación de las víctimas, Argelia, Balboa, Toribío, Caloto, Miranda, El Tambo, Santander de Quilichao y Jambaló, son los municipios más peligrosos.

La sicóloga del grupo interdisciplinario y de trabajo social de la Policía, Yaneth Gutiérrez, dice que cada muerte es una pérdida que va más allá de lo elemental: un dolor que no sólo afecta a la familia de la víctima sino a toda la institución.
Y hay otras pérdidas, tal vez más elementales, pero igual de insospechadas: el presupuesto de la salud para la Policía caucana casi ha colapsado en los últimos seis años por los gastos en los que la institución ha tenido que incurrir por concepto de cajas mortuorias, sepelios y transporte de los cuerpos a sus regiones de origen.

Pero el mayor costo está en lo que se necesita para atender y tratar a los uniformados que han sufrido alguna discapacidad por culpa del conflicto: prótesis de piernas por mimas antipersona, rehabilitación de amputaciones, sillas de ruedas, pensiones por inhabilidad.
Ante el panorama de muertes, de policías caídos, el gobernador del Cauca, Temístocles Ortega, habla de hijos perdidos. “En el Cauca, el fallecimiento de un uniformado tiene esa connotación”.

El Gobernador dice que esos hombres son eso, como hijos que pelean por defender su casa. Entonces vuelve a insistir: cada que uno de ellos muere, el dolor se convierte en un dolor personal.
En lo que va del año ya van 21. 21 policías que también eran padres, hermanos, hijos, nietos. Con la guerra estallando en veredas y esquinas del Cauca, tal vez pocos hayan caído en cuenta

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