Ante el control de las autoridades en la vía marítima, estructuras mafiosas emplean una suerte de libélulas de hierro para sacar alijos de droga. Conozca como usan una vieja modalidad.
Ante la presión de las autoridades por la vía marítima: la interceptación de lanchas rápidas, las acciones emprendidas para impedir que los sumergibles construidos en las junglas del Pacífico colombiano salgan a mar abierto, los narcotraficantes están utilizando una vieja-nueva modalidad para sacar la droga del país: los aviones ultralivianos.
En los últimos meses han sido detenidas varias aeronaves a través de las cuales los carteles intentaron sacar más de una tonelada de droga desde el Chocó hacia Centroamérica.
Solo en el mes pasado, la Armada y la Fuerza Aérea interceptaron un ultraliviano y una avioneta de matricula norteamericana; esta última con licencia falsa. En ambos casos, las operaciones se desarrollaron en playas del Pacífico chocoano.
“Estos delincuentes no tienen límites, tienen mucha capacidad para innovar en sus procedimientos ilícitos, pero allí estamos nosotros para combatirlos”, dijo el comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, Vicealmirante Rodolfo Amaya, refiriéndose a la manera en que están siendo utilizadas las aeronaves.
En las dos últimas interceptaciones los narcotraficantes pretendían sacar 900 kilos de cocaína: 200 en el ultraliviano incautado en Cabo Marzo, y 700 en el bimotor retenido en Juradó.
Amaya explicó que para que una estructura mafiosa cuente con esta tecnología, tiene que tratarse de organizaciones con respaldo financiero y con experiencia en el tráfico de estupefacientes: “En el exterior cada kilo puede costar más de 100.000 dólares. Eso les da la posibilidad de adquirir estos costosos sistema de transporte”.
El alto oficial aseguró que la Armada estará con el foco puesto en los ultralivianos de la mafia. De hecho, dijo que las recientes incautaciones pueden ser el inicio de la detección de más aeronaves del mismo tipo, empleadas para los mismos fines. Varios nativos consultados en Pizarro y Nuquí, las han visto cruzando su cielo.
“Uno no sabe si son legales, pero sí hemos visto varias en esa dirección al norte del Chocó ”, dijo un campesino del sector de Virudó, una playa del Chocó en el municipio de Pizarro.
Los ultralivianos también han sido vistos en La Bocana y Juanchaco, en años anteriores, pero en ese entonces se les reconocía como una actividad de recreación para los turistas.
En torno los ultralivianos, se trata de un asunto casi de película: son una suerte de libélulas de hierro impulsadas por un gran ventilador en las que apenas cabe una persona. Lo cinematográfico esta justamente ahí: en que esos aparatos estén siendo cargados de la manera en que lo están haciendo y que hayan pilotos que se arriesguen a volar en tales condiciones.
“Les ponen mucha droga, hasta 200 kilos; y para moverla, la transportan en tramos cortos a sitios de almacenaje. Esos aparatos y pueden tener una autonomía de vuelo de un par de horas como mucho”, dijo una de las fuentes consultadas. Se estima que estos aparatos podrían hacer varios aterrizajes de aprovisionamiento.
Su virtud, de acuerdo con la Fuerza Aérea adscrita a la Fuerza Naval del Pacífico, es que este tipo de aparatos tienen facilidades para despegar o aterrizar hasta en pistas de 40 metros.
De hecho, al momento de la detección del ultraliviano que apareció en Cabo Marzo, la detección por parte de las autoridades se produjo en una zona de campamento mimetizada en la selva contigua a la playa, donde había algo parecido a una pista que, incluso, era de madera.
En el caso del avión bimotor con matrícula norteamericana, se trataba de una aeronave con capacidad para cargar hasta una tonelada de coca y una capacidad de vuelo de hasta cuatro horas, por lo que su llegada a Centroamérica es más que posible.
“Lo habían adaptado aprovechando la capacidad que tenía para transportar siete pasajeros, entonces dejaron espacio sólo para dos o tres personas para poder aprovechar así el resto de espacio y llevar ahí más cocaína”, indicó un oficial de inteligencia de la Armada.
Esta avioneta fue detenida en el Chocó procedente de Panamá, al parecer en busca de droga. Al ser detectado entrando a territorio colombiano, la Fuerza Aérea Colombiana lo obliga a aterrizar en Catripe, jurisdicción de Juradó, donde tropas de infantería de Marina se enfrentan a los tripulantes luego de que estos abrieran fuego contra los uniformados antes de internarse en la selva.
De acuerdo con investigadores criminalísticos, la reciente captura del capo porteño Alexander Leudo Nieves, también conocido por los alias de Alex o Brando, en Costa Rica, podría dar luces de esa red narcotraficante en el Pacífico y el apoyo logístico con que contaría por parte de la banda de Los Rastrojos. Al parecer, esa estructura mafiosa también tendería conexiones con la mafia mexicana, especialmente con el cártel de Los Zetas.
Pese a los golpes contra los semisumergibles, la utilización de las lanchas Go-Fast sigue dándose en la costa pacífica, las capturas son constantes, pero los narcos insisten.
Sólo la Fuerza de Tarea Poseidón de la Armada Nacional, ha incautado 76 embarcaciones de este tipo en lo que va corrido del año 2012. las 76 lanchas tipo Go-Fast estaban cargada con estupefacientes que pretendían ser comercializados en mercados internacionales.
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